El botones es el encargado de la atención personalizada al viajero de vacaciones, desde su llegada a un hotel hasta su egreso. El nombre lo recibe por el distintivo uniforme que utiliza, provisto generalmente de dos filas de botones de estilo militar. Denominado también bellboy (del inglés bell, “campana”), porque en los hoteles se utilizaba una campana para que el botones acuda al llamado de la recepción.
Entre las funciones asignadas a los botones de hoteles están las de transportar el equipaje de los vacacionistas hasta sus habitaciones y viceversa. También se encargan de abrir la puerta principal del hotel, llevar el periódico a la habitación, instruir sobre los dispositivos ubicados en la habitación y llamar taxis. Es tradicional que los clientes de hoteles otorguen propinas a los botones a cambio de los servicios prestados.
Los hoteles de lujo o de cinco estrellas poseen entre su personal un equipo numeroso de botones quienes han sido capacitados en idiomas, etiqueta y protocolo. Algunos hoteles cuentan con un departamento de botones, donde existen varias categorías, según las tareas que realizan. Por ejemplo, capitán de botones: el encargado de vigilar que el servicio sea eficiente; los botones en sí: los que acompañan al huésped a su habitación cargando con su equipaje; portero: quien se encarga del recibimiento en la entrada principal del hotel y valet, quien se ocupa de estacionar los vehículos de los visitantes.
Los botones de hoteles deben contar con aptitudes personales para desempeñar con éxito sus funciones. Su trato hacia los huéspedes debe demostrar cortesía y discreción, ya que forman parte de la imagen del hotel. Son, a la vez, los que informan a la gerencia de cualquier anormalidad o dificultad ocurrida en el hotel. El botones es ya una figura tradicional en los hoteles. Representado por diferentes personajes del cine y la televisión; también es sabido que E.M. Statler, un gran empresario hotelero, comenzó su carrera hotelera como botones de hotel.
Foto: Alexander Wallnöfer, sxc.hu